martes, 16 de octubre de 2007

EL VALOR PRÁCTICO DE LA JUSTICIA










(II PARTE)



Guillermo Morón, el más grande historiador vivo con que cuenta el país, y uno de los humanistas más prestigioso de Sudamérica, ha dicho que “la palabra justicia fue inventada por los poetas (naturalmente); el ser de la justicia fue meditado por los filósofos (lógicamente); la acción de la justicia fue usurpada por los políticos (irremediablemente). Es por eso que la justicia continúa siendo una palabra”. Puede que uno no comparta los ideales de éste “escritor de provincia” como él mismo acostumbra llamarse; pero, se necesita ser un pérfido ignaro para pretender opacar la gran obra humanística del autor de El Gallo de las Espuelas de Oro, y no estar de acuerdo con él cuando nos advierte que: “una mentira legalmente procesada sustituye a la verdad. La administración de la justicia ya nada tiene que ver ni con la verdad ni con la moral ni con la justicia. La administración de la justicia es una injusticia”. (Sobre la Justicia y otras tonterías. Editorial Roble, Caracas, 1976). Han pasado 31 años desde que el Dr. Guillermo Morón publicara ese libro y, hoy por hoy, la justicia, en definitiva, no es justicia. Por ello, confieso, con un dejo de castidad, que a estas alturas de mi vida, no estoy del todo convencido de la justicia que imparten nuestros “instruidos” jueces. Vale la pena recordar a Max Lerner, citado por Javier Gómez de Liaño, en su en su monografía intitulada La doliente Justicia, quien es de la opinión que “un gran juez es aquel que tiene mentalidad flexible, una compasión por los menesterosos, un rechazo a ser intimidado por el poder, una capacidad para vivir con las contradicciones de la vida y una gran aptitud para separar lo permanente de lo transitorio”. Por mi parte, confieso que sólo un magistrado he conocido con esas probidades: la Dra. Lida Álvarez de Briceño*, honorable juez que supo impartir justicia con equidad y firmeza; intachable e incorrupta, moralidades que—vale acotar---el filósofo Juan Luis Vives, enunciaba en los tiempos de Tomás Moro y Montaigne. En el boletín Nº 1 de la Red Andina de Justicia de Paz y Justicia Comunitaria, se dice que en Venezuela “La justicia es lenta, costosa y excesivamente burocrática”. ¿Exageración antibolivariana? No pocos administradores de justicia, han olvidado lo que Jean-Jacques Rousseau sustentó en su obra El Contrato Social (1): “Toda justicia proviene de Dios, siendo él su única fuente; mas si supiéramos recibirla de tan alto no tendríamos necesidad ni de gobiernos ni de leyes. Existe indudablemente una justicia universal, emanada de la razón; mas para ser admitida entre nosotros ha de ser recíproca”. ¿Somos todos iguales ante la Justicia? ¿Iguales ante la Ley? Un juez para ser justo y administrar justicia con equidad no debe tratar a todos los ciudadanos iguales ante la ley. (2) A mí me gustaría responder que sí; mas, para ser sincero conmigo mismo, mi respuesta es adversa. Y racionalmente, no es apropiado considerar a todos iguales ante la ley. Ello es hipocresía. La ley ordena que seamos iguales, pero en realidad, somos desiguales. Nunca hemos sido ni seremos iguales ante la ley. Claro, eso es el deber ser. La práctica, la realidad, horrorosamente, es otra cosa. Dable es recordar que administrar justicia es función del Estado, y que yo sepa, jurídicamente, éste nunca ha servido igual a los ciudadanos. Ya en 1998 el Dr. Antonio Reyes Sánchez sugería que “la justicia requiere más que de reformas fundamentales, de la modernización de sus leyes y procedimientos, de nuevas interpretaciones de las normas existentes, de los procedimientos, pues los principios éticos y morales y las garantías de los derechos humanos impregnan nuestras leyes”. (3) Los poderosos son los que tienen acceso a la justicia; el Estado se la ingenia para colocar obstáculos al débil. Si aún no están del todo convencidos pregúnteles a los Doctores Mauro Cappelletti y Bryant Garth. (4) En definitiva, la justicia es el principal bien jurídico y de ello depende el progreso del sistema. Muchos son los jueces que al administrar justicia producen un resultado injusto sin sentido de igualdad. El objetivo final del proceso penal es hacer justicia. Constitucionalmente todos somos iguales ante la ley. Entelequia. Pura fantasía. Obviamente, como expresa el Dr. Jorge L. Rosell Senhenn, “una cosa dice la ley, y otra, muy diferente, es la que se hace”. Para administrar justicia, el juez no debe subsumirse únicamente a lo que enuncie la ley. Lamentablemente en Venezuela no son pocos los jueces que quebrantan el principal mandamiento del Decálogo del Abogado del afamado maestro Eduardo Couture: “Lucha. Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia”. (AEV-Torres).

Notas de pié de páginas:
La Dra. Lida Álvarez de Briceño, es madre de la Dra. Alejandra Briceño, novel abogada, cuyo compromiso es inmenso: emular a una eminente jurista. Y también es la progenitora del Lic. Fernando Briceño, el más completo crítico de artes del municipio Torres.
1) Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra en 1712 y murió en Ermenonvilli (Francia) en 1778. Filósofo, botánico, músico, político, pedagógico, escritor. Entre sus obras, además de El Contrato Social, están El Discurso sobre las ciencias y las artes, y El Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres. Esta última obra suya es impactante. Se comenta que el gran Voltaire, envía una carta a Rousseau, una vez que éste le hace llegar un ejemplar de su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, donde le dice: “Señor mío, he recibido vuestro nuevo libro contra el género humano (…). Nunca se había empleado tanto ingenio en querer volvernos tontos; al leer vuestra obra dan ganas de andar en cuatro patas…”.Magistral.
2) Invito leer las palabras que pronunciara el Dr. Jorge Rosell Senhenn, en el Concejo Municipal del Municipio Autónomo Heres, Ciudad Bolívar, con motivo del Día Nacional del Abogado el 23 de Junio de 1992. Ver: Diario de Tribunales. Lunes 29 de Junio de 1992.
3) La Reforma del Poder Judicial. Monografía insertada en la obra Nuevo Proceso penal venezolano. XXIII Jornadas “J.M. Domínguez Escobar”. Tipografía y Litografía Horizonte. Barquisimeto, estado Lara. 1998.


4) Exhorto a leer la monografía El Acceso a la Justicia. La tendencia en el Movimiento Mundial para hacer efectivo los Derechos. Mauro Cappelletti y Bryant Garth. Insertada en la obra Sociología Jurídica. UCV. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Escuela de derecho. Caracas, 2004.

No hay comentarios: